Una mejor protección de la salud y la seguridad gracias a unas directrices más estrictas
Tiene sentido aplicar unas directrices más estrictas para la protección de la salud y la seguridad en el trabajo: tan solo en la UE, 80 000 personas mueren cada año a causa de un cáncer de origen laboral1. En el conjunto del mundo, la cifra es aún superior, asciende a 666 000 fallecimientos anuales2. Dado que el cáncer suele tener un largo período de latencia, las causas de estas muertes podrían haberse originado hace mucho tiempo. En las últimas décadas, las normativas sobre seguridad y los valores límite en el lugar de trabajo se han vuelto cada vez más estrictos en aquellas ocupaciones donde existe una exposición a sustancias cancerígenas, y esto supone un motivo de esperanza. Pero eso no significa que haya que conformarse. Los empleados han de estar protegidos de la forma más eficaz posible contra los factores de riesgo de cáncer. Se trata de un reto cada vez más importante para las empresas de todo el mundo. Unas técnicas de medición precisas, unas estrategias de medición inteligentes y unas soluciones de protección adecuadas contribuyen a cumplir este objetivo de una manera rentable.